Fue algo indescriptible

TESTIMONIO #135

Tengo que dar gracias a Dios por todo lo vivido este fin de semana.

Llevo 30 años en la Iglesia. En su momento me ayudaron muchísimo, pues iba buscando algo que me llenara más… y encontré a Somos hijos de Dios.

Hemos estado en alguna Adoración; estuvimos también en Pentecostés y ahora, porque Dios quiso (porque no habían plazas), pude asistir al Retiro.

Yo estoy operado de la garganta por un cáncer en una cuerda vocal, que me ha dejado sin voz, y a los 4 años apareció otro en el pecho del que me dieron quimio y radio con todas sus secuelas. Hace 2 años me apareció otra metástasis en la cabeza. Pero bueno, está todo ahí, pero paradito.

¿Por qué cuento todo esto?

Yo siempre he pensado que mi enfermedad es buena para mí, porque viene para mi conversión. Me humilló mucho el no tener voz, pues yo tocaba la guitarra y cantaba como salmista, tocaba el ukelele, y esto ha venido bien para mi soberbia.

Nunca le pedí al Señor que me curara de mi enfermedad, siempre le he pedido que enviara su Espíritu Santo para poder aceptar su voluntad, fuera cual fuera. Por eso, cuando en uno de los momentos del Retiro me vino el padre Salvador y una chica del equipo y me impusieron las manos para hacer oración de sanación, lo que yo sentí en ese momento es que comenzó a convulsionarme el pecho.

Fue algo indescriptible.

Yo no sé si me curé o no, es algo en lo que menos pienso, pues el Señor tiene sus tiempos y a lo mejor el mío es este, solo quiero dar Gloria a Dios por todo lo vivido.

Gloria a Dios y Bendiciones.