Una fuerza poderosa

TESTIMONIO #036

Por medio de este testimonio solo quiero decirle, padre, que la Adoración de ayer fue una maravilla.

Se le notaba a usted y a la Comunidad con mucha fuerza y desde luego con mucho Espíritu Santo. Rezo para que podáis seguir haciéndola juntos, transmitís una gran comunión. Muchas palabras tocaron mi corazón. Muchas gracias, padre Salva, por hacer llegar estas Adoraciones a casa. Casi que me atrevo a decir que ayer había una fuerza poderosa que os arrasaba y que era el mismo Espíritu Santo que os tenía cogidos a vosotros, sus instrumentos, para hacernos llegar esas palabras a nuestros corazones. Yo desde luego me quedé muy tocada.

Muchas gracias. Bendiciones.

Josefina.

Un retiro «friki»

TESTIMONIO #035

«Anota en tu libro mi vida errante, recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío» Sal 55. Este versículo sería el resumen de lo que estaba viviendo en esos momentos. Después de poco más de 5 años en la China comunista de Xin jin ping. Lágrimas me caían en abundancia cuando preparaba la sala para mi primer bautizo de un niño chino, Samuel Rui Abraham. Percibía en lo más profundo de mi alma que aquel bautismo sería el final de una misión que a pesar de tantas alegrías y buenos momentos, me había agrietado el corazón por la sequedad de tantos fracasos y frustraciones. Todavía guardo tres flores que fueron testigos de ese bautizo que tanto significó para mí.

La providencia hizo que volviese a España, para después viajar a Italia, donde se celebraba una convivencia en la cual había sido invitado. De esa convivencia salí más confuso aún sobre lo que Dios quería de mí. Una vez en España, celebrando una Misa en la parroquia del Santo Cristo de la Misericordia, hablé interiormente con santa «madre teresa» de la cual había una estatuica a los pies del altar, diciéndole: «Madre Teresa, ¿cómo supiste cuál era tu sitio en la iglesia?» Al acabar la Misa, una mujer se me acercó para hablar conmigo: «¡Padre! ¡Celebrando la Misa, el Espíritu me ha dicho que te diga que tienes que hacer un retiro!», a lo que inmediatamente pensé que ya estaba aquí la iluminada de turno… «No puedo, tengo cosas que hacer este fin de semana», contesté. Pero ella insistía de que debía ir sí o sí, porque lo había dicho el Espíritu, y me dio su teléfono y se fue. En esa misma noche, pensando en mis adentros, me rondaba en la cabeza el hecho de que hacía años que no vivía un retiro y que tal vez necesitaba pararme un poco, hacer silencio y meditar con la Escritura para escuchar más a Dios en mi vida, y entonces la llamé diciéndole que sí que iba a ese retiro.

Al día siguiente, llegamos al retiro, y lo primero que me dan son unos «sacramentales», el aceite, la sal y el agua exorcizada.» ¿Dónde me he metido con esta panda de frikis…?», pensaba en mi interior, «¡Hasta unas pulseritas me dan! ¡Jamás me pondré eso…!» Corazón muy endurecido al que el Espíritu estaba a punto de ablandar…

En un descanso del retiro, me aparté de todos, buscando un lugar donde rezar a solas, con mi Biblia. Pedí a Dios, con mucha sinceridad de corazón, que me diese una palabra de vida con la que encontrar alguna respuesta sobre mi vocación y mi lugar en la Iglesia. Abro la Biblia al azar, y pongo el dedo en una página con los ojos cerrados y, justo en ese momento, una brisa mueve otra página, pero yo, que ya había marcado con el dedo, digo: «¡No!, se lee donde yo he puesto el dedo y punto…» El problema estaba en que cuando voy a leer, me encuentro que la página donde había marcado yo estaba en blanco. Y es ahí cuando acepto leer donde el viento había movido la página segundos antes: «Id por todo el mundo y predicad a toda criatura… a los que creen les acompañarán estas señales: en mi nombre echarán demonios, hablarán lenguas nuevas, tomarán en las manos las serpientes y si bebieren una ponzoña no les dañará, pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud» Mc 16, 15ss. Me quedé un poco perplejo sobre estos signos, porque ciertamente ya había proclamado tantas veces el Evangelio, pero estos signos como que no…

Cuando vuelvo al retiro, el padre Salva nos reúne a los tres curas que estábamos ahí, y nos dice: «Ahora vamos a sanar a la gente, bueno, el Espíritu lo hará…» Ante esas palabras, siento que se me encoge el estómago porque nadie me había preparado para algo así, y además pensaba en mis adentros: «Ya verás qué vergüenza cuando yo imponga las manos, y no pase nada… va a ser un ridículo monumental.» … Mis sobacos sudaban por la tensión que llevaba dentro de mí, y poco después mis ojos comenzaron a contemplar las maravillas de Dios… Los enfermos se sanaban de verdad, y yo no daba crédito, hombre de poca fe.

En otra celebración, donde se expuso el Santísimo sacramento, padre Salva iba narrando cosas muy raras sobre la gestación. Yo apenas me concentraba en la oración y mi mirada se iba de un lado a otro, para curiosear sobre qué es lo que hacía la gente. Cuando después de un tiempo largo de oración, padre Salva ordena ponerse en pie a aquellos que no sentían ningún pesar ni debilitamiento, yo me pongo en pie tranquilamente, porque no sentía nada. En ese momento, padre Salva dice que abracemos a los que se habían quedado sentados, y un señor que había al lado mío, me hizo un gesto para que yo le abrazara a uno que se había quedado sentado. La verdad es que no me apetecía abrazar a nadie, pero viendo que este señor me hizo ese gesto, pues lo abracé y lo levanté. En ese momento, cierro los ojos y veo a Jesús que me estaba recibiendo a mí al nacer, y era Jesús quien me estaba abrazando en ese momento. Mis lágrimas empezaron a fluir sin parar porque el amor que experimenté en aquel momento fue realmente intenso. Sé que fui dado a luz por cesárea y creo que esto marcó mucho mi personalidad. Después de aquel gran abrazo, me senté y seguí llorando sin poder parar.

El Espíritu Santo, a partir de ese momento, cambió mi vida. Ese retiro fue como una transfiguración del Señor, incluso los días siguientes, casi no podía dormir de la alegría que tenía. Ahora, estoy a la espera de que el Espíritu me diga lo que debo hacer, porque yo ya me he rendido ante Él. Bueno, si alguien lee este escrito, solo le pido que rece por mí, que soy profundamente débil. Y no quería acabar este pequeño testimonio sin mencionar los últimos versículos del mismo Salmo del cual comencé este escrito: «Te debo, Dios mío, los votos que hice, los cumpliré con acción de gracias; porque libraste mi alma de la muerte, mis pies de la caída; para que camine en presencia de Dios a la luz de la vida» Sal 55.

Abraham.

P.D.: Al final me puse las «pulseritas» y hasta hoy las llevo puestas…

Él estaba con ella

TESTIMONIO #034

El Señor ha seguido tocándonos a través de las retransmisiones online, incluso aunque no fueran escuchadas en directo.

Este es el caso de las palabras que dijo por medio del padre Salva, durante la Adoración del día 22 de marzo a Sofía. Lo más gráfico: que fuera fuerte y valiente, que Él estaba con ella. Sofía es personal sanitario y se sintió algo asustada al principio de la crisis. Yo se las transmití, supe que eran para ella.

Él quiso corroborar, aunque ella no lo escuchara directamente, lo que yo ya le había dicho. Soy su madre.

¡Alabado sea por esta, y por todas sus Gracias!

Muchas gracias también al padre Salva y a todos vosotros por vuestro trabajo y dedicación.

M.A.

Soy Dios tu protector, quien cuida de ti

TESTIMONIO #033

A través de este testimonio quiero dar las gracias al padre Salvador por su página de Facebook, con la cual hace mucho bien. No soy mucho de redes sociales. Un día donde me encontraba bastante preocupado y dubitativo, uno de sus mensajes diarios tocó fuertemente mi vida. Desde entonces, le sigo en todo lo que hace. Muchas gracias por sus homilías y Adoraciones.

Ayer me encontraba otra vez en mis comeduras de cabeza, mis dudas y, por supuesto, preguntándole al Señor (temas míos). En ese momento escuché al padre nombrando a un Luis, precisamente con las dudas. Primero pensé «será otro Luis…». Acto seguido sentí una especie de amor tan grande con las palabras:

«Soy Dios tu protector, quien cuida de ti.»

En ese momento empecé a saber que se trataba de mí, que tenía que confiar más en Dios y olvidarme de mis dudas, mis quejas… Muchas gracias.

Espero que pronto podamos volver todos a la normalidad, porque extraño las Adoraciones como más personal (más vivas, aunque el centro sea Jesús) y con toda su Comunidad: logran transmitir una unión especial que puede atravesar lo frío de una pantalla de móvil u ordenador. Muchas bendiciones y de nuevo gracias.

Un saludo,

Luis De Castro.

Alimento del Cielo

TESTIMONIO #032

Dejo mi testimonio para exaltar la grandeza de Jesús Señor:

La semana pasada recibí una deslealtad, es de las cosas que más duelen. La uní en la Divina Voluntad al dolor de la traición a Jesús y orando estaba tranquila. Pero hace 3 días vino un desconsuelo tan grande a mi alma, además porque el maligno siempre viene a repetir el daño de la misma forma. Y esto me hacía recordar deslealtades pasadas, idénticas hasta con las mismas palabras cortadas con tijera.

Puse mi desesperanza puntualmente en la confesión ayer en la mañana. Y en la tarde, recibí palabra de conocimiento en la Adoración virtual:

«Hay una mujer que está con dolores dentro de su alma que ha sufrido muchos desconsuelos y siente un gran dolor. Ahora su corazón está desesperanzado y hoy el Señor quiere darte una palabra de esperanza y te invita al abandono para consolarte, etc.» (min 22).

Gracias, padre Salva por no dejar a tus hijos sin alimento del Cielo. 

Sandra.

¡Dale la Gloria a Dios!

TESTIMONIO #031

Quiero dar mi testimonio, como dijo el padre Salvador el domingo en la Adoración. Yo soy esa Paula de la que él habló.

Entré en la Adoración en el mismo momento en el que él dijo el mensaje para mí. Lo tomo y le doy gracias a Dios y a usted, padre, porque estos días he sentido algo muy especial. Desde ese momento empecé a llorar, algo cambió en mí. También decirle que tengo muchas batallas al respecto y hablándolo ayer con mi madre me hizo ver que este mensaje era para mí. Yo lo sentí así.

Le doy gracias y le pido que siga haciendo las Adoraciones a través de Internet. No se imagina el bien que hace. Yo no soy mucho de esto, pero como ella me dijo:

«Paula, ¡dale la Gloria a Dios!»

Pues bendito sea el Señor. Que me Ama tanto. Y a usted, gracias por ser su instrumento.

Le escribo desde Colombia y le invitamos a venir por aquí, padre. Dios lo bendiga.

Paula.

Dios actuando a través de sus elegidos

TESTIMONIO #030

Buenas tardes, padre Salvador:

Quiero desearle una feliz Navidad junto a su Comunidad Somos hijos de Dios. Que Dios os bendiga y os guarde por su labor evangelizadora.

Hace un tiempo, en una de sus Adoraciones, se dio una palabra de dislexia, de una sanación. Yo sentí que era para mi hija, pero hasta no pasar las pruebas y un periodo de tiempo de verificar y verificar no quería decirlo.

Muchísimas gracias por ser instrumento de Dios. Me gustan las Adoraciones; aunque estemos lejos, no importa, porque la Gracia de Dios es omnipresente. Yo le escribo desde Costa Rica.

Las Adoraciones en directo llegan y nos tocan y nos sanan porque es Dios actuando a través de sus elegidos. Los músicos y sus canciones, la chica que siempre habla con una voz tan dulce (parece Latina) y usted hacen posible que ese Cielo abierto que muchas veces nombran que está presente en su parroquia, sea llevado hasta todos los lugares del mundo.

Muchas gracias y feliz Navidad.

Que el Señor les colme de más gracias y que el año 2020 puedan hacer los retiros online. Nos encantaría.

Dios os bendiga.

Adelina Cifuentes Villa.

Yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón

TESTIMONIO #029

Doy las gracias al padre Salvador y a todo el equipo por el retiro en El Valle de los Caídos.

El amor y la entrega que he recibido por parte de todos vosotros ha sido maravilloso.

He sentido muy especialmente el cariño con el que todo ha sido preparado y solo puedo sentir gratitud y devolveros mi agradecimiento en oraciones.

Mi testimonio es sobre la «identidad» a la que el padre ha hecho hincapié numerosas veces.

Al terminar la Eucaristía del viernes, Adriana me dijo: «He sentido que Dios me decía que la primera Lectura era para ti.»

Decía: «Por eso, yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón…»

Al terminar la Eucaristía del sábado, el padre D. Carlos habló sobre lo que el Espíritu Santo le hacía ver: «Hay alguien que está pidiendo por su familia, amigos… Dios le pide que se centre en ella, que al salir del retiro podrá ocuparse de ellos. Ahora el Señor quiere entregarle su Amor Esponsal

Hace tiempo, en una confesión en Santo Toribio de Liébana, el sacerdote me dijo: «Nunca olvides que eres hija de Dios. Que tus obras sean como tal.» Y desde entonces recibí la gracia de sentirme hija de Dios. El padre Salva nos ha insistido mucho en esto. Yo lo sabía, me lo habían enseñado de niña… pero hasta esa confesión nunca había sentido la dignidad y la grandeza de saberse hija de Dios. Fue una gracia de Dios entenderlo con el corazón.

En este retiro Dios me ha regalado la confirmación de otra identidad que completa a la de hija de Dios, y es esposa de Cristo.

Hace una año y medio me consagré a Jesús esponsalmente. Y este retiro ha sido para mí como un «viaje escapada» con mi Esposo, ¡donde Él me ha regalado una sorpresa detrás de otra! Desde visiones preciosas de los dos juntos en el Cielo, mensajes de Amor a través de compañeros del retiro, una carta de Amor, me ha dado luz para lo que quiere de mí, y me ha regalado mucho a través de su Espíritu Santo (aunque aún no sé el qué, pero en fe estoy segura de ello).

También el Esposo me ha pedido que diera algo de mí para Él. Con los ojos cerrados y muerta de vergüenza, me pedía que me «desnudara» (¡justo así lo ha dicho el padre Salva!); en la última Adoración me pedía desnudarme de mis heridas, miedos… y yo le bailaba, y le miraba a los ojos, y sentía como la Virgen y el Espíritu Santo me iban vistiendo con un traje que le gustaba mucho más a Jesús. Me estaban poniendo bonita para Él. Para enamorarle y hacerle feliz.

Salgo de este retiro mucho más reforzada en mi identidad. Algo que me va a acompañar en cada acción. Porque Dios quiere que actúe verdaderamente como esposa de Jesús, además de como hija de Dios.

Otros regalos adicionales que me llevo:

  • La mejora increíble en la sanación de mi hermano. Solo puedo dar gracias y gloria a Dios por ello. Mi hermano me decía: «No te preocupes por mí, vive el retiro para ti.» ¡Y Dios se ha ocupado de todo!
  • El comienzo de la sanación de su prometida. Era su primer retiro y he visto cómo Dios a ella le ha tocado el corazón especialmente.
  • El refuerzo de unión con mi hermano con lazos de amor preciosos. ¡Cómo hemos llorado los dos abrazados!
  • El poder compartir con mi hermano y su novia una experiencia así de Dios. Un año atrás mi hermano «se reía» de mí cuando intentaba compartirle mis testimonios de Dios. ¡Ahora él y su novia son parte de mis testimonios!

Dios ha sido Dios en nosotros este fin de semana.

¡Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias!

¡Que Dios os bendiga!

Gloria a Dios.

María.

Estábamos en el Monte Tabor

TESTIMONIO #028

Quiero dar las gracias al padre Salvador y a su equipo de Madrid y de Valencia por tanto amor que habéis puesto en cada detalle del retiro. He salido renovada y con nuevas fuerzas.

Melancólica, porque como bien lo dijo el padre, estábamos en el Monte Tabor, y bajar a la realidad es duro.

Dar gracias al ministerio de música por la unción tan fuerte y por la fuerza que transmitían. Se necesita un ministerio con esta unción para mover la asamblea.

La Gloria de Dios fue maravillosa en este retiro y pude ser partícipe de ella. Las tres chicas que vinieron de Valencia he de decir que están también muy ungidas. Laura y Adriana me dijeron por separado lo mismo; fue muy fuerte porque me di cuenta que no hablaron entre ellas. Luego vino Teresa a darme esa consolación que me hacía falta. Está usted muy bendecido con estas tres mujeres, padre Salvador; las mujeres de Jerusalén que iban con Jesús. Que Dios lo siga bendiciendo y a ellas también.

La carta de Dios Padre, impresionante. Nunca pensé que Dios me viera con esos ojos de Amor y que tuviera tan hermosas palabras para mí. Qué alegría. Gloria a Dios. He de decir que Adriana está muy bendecida para llevar esta dinámica y que es el instrumento del Señor para hacerlo, porque es muy dulce al hablar, además de que transmite ese Amor y esa pasión por Jesús.

La dinámica de la palma de la mano también me tocó mucho. Pensaba que todos veían siempre lo malo y que no reflejaba nada a los demás. Una alegría. Estoy plena y feliz.

Muchas gracias a Paloma de Madrid: es una mujer muy amorosa y dulce, al igual que Belén. Muchas gracias a todos porque todos hacéis parte de un todo y ninguno puede faltar. Dios a cada uno le dio un lugar en este retiro y es ahí donde Él quiere que estéis, para darle Gloria.

Sus enseñanzas, padre, arrasan por la fuerza que tiene y transmite. Muchas bendiciones y gracias. Gloria a Dios.

Hasta el retiro 3, espero que sea pronto.

Bendiciones.

Luz.

Jesús es mi Pastor, nada me falta

TESTIMONIO #027

En una de las tantas Adoraciones que asistí un domingo, estaba bastante angustiada por mi hijo mayor, ya que esa semana estaba sufriendo mucho por él y rezando por su conversión.

Recuerdo que aquel domingo, cuando el padre Salva estaba pasando con el Santísimo y con Adriana y Tere llevando las velas a su lado, yo en ese momento no estaba pidiéndole nada, pero el Señor sabía la tristeza y preocupación que yo tenía en mi corazón. Al pasar por delante de mí, el Señor le dio una palabra a Adriana, que justamente decía:

«No te angusties y deja todo en mis manos.»

Aquellas palabras venían del Señor, porque no había dicho a nadie este dolor que yo llevaba esa semana, solo el Señor podía saber cuánto estaba sufriendo mi corazón.

¡Gloria a Dios! Porque así fue y está dando sus frutos.

Puri.