Un regalo GIGANTE del Señor

TESTIMONIO #121

Quiero dar mi testimonio de Pentecostés.

Actualmente, sufro una enfermedad que sé que el Señor está sanando, pero está en su peor momento; además de ello, hace 5 días prescindieron de mí en el trabajo, un trabajo en el que estaba contenta, lo estaba haciendo bien, ellos estaban contentos conmigo, pero no había suficiente faena. No obstante, por las condiciones en la que se ha dado la situación, creo que es cosa de Dios, porque realmente estaban contentos conmigo, es como que el Señor me quiso sacar de ahí porque tiene planes mejores.

Este año, gracias a Dios, estoy comprometida y nos gustaría casarnos en el 2023. Lo que me hace pensar: ¿Justo ahora me quedo sin trabajo y la enfermedad está en el peor punto? ¿Por qué pasa todo esto ahora? Por supuesto, he tenido momentos de angustia y preocupación por la situación.

Al llegar al encuentro de Pentecostés me dicen las chicas «este es el Don que te quiere regalar hoy el Espíritu Santo» y lo veo y decía: «Fortaleza: para que hagas la voluntad de Dios y tengas paz a pesar de las contrariedades de la vida…» Algo así… ¡y me quedé frita! Ya que era lo que más necesito ahora y justo lo que estoy viviendo, «contrariedades».

Pues rezaron por mí… tuve descanso en el Espíritu y el lunes amanecí con una alegría y una paz que solo puede ser obra del Espíritu Santo. Una paz que sobrepasa cualquier entendimiento, porque sigo sin trabajo y con la enfermedad, pero mi corazón está tranquilo y feliz… él sabe que todo saldrá bien… Y para mí eso ya es un regalo GIGANTE del Señor. Con eso ya puedo esperar pacientemente su mano obrar en mi vida.

Pero de verdad, escribo este testimonio porque la paz y el amor que siento en mi corazón son tan grandes que creo que nunca los había sentido y quería darle Gloria a Dios.