Sanar dolencias a nivel físico y emocional

TESTIMONIO #186

En este retiro de Perdón y Misericordia no solo he aprendido mucho, sino que también me han recordado temas que mi alma sabía, pero permanecían como dormidas, y además de aumentar más mi fe, he podido sanar dolencias a nivel físico y emocional. Es por ello que deseo dejar testimonio del gran poder de Dios y de la oración.

Todo es por y para GLORIA de Dios.

A nivel físico, un dolor fuerte en el pie y varias contracturas de espalda que desaparecieron todas, después de orar por mí.

A nivel emocional, una herida del niño interno que no la hice plenamente consciente hasta que viví el ejercicio de la «sanación del niño interior», que previo a una oración de sanación del seno materno con el padre Salva y todos los hermanos y con ayuda y acompañamiento en el ejercicio de un psicólogo cristiano en la sala, llegué verdaderamente a ponerme en la piel de mi madre y sentir de nuevo (como ella y el feto sentirían entonces) el gran dolor, el miedo y la profunda tristeza mantenida en el tiempo que le supuso a mi madre la muerte inesperada y repentina de su padre, mi abuelo, al que nunca conocí en vida, pues falleció joven, 3 meses después de mi concepción en el vientre materno, y lo que supuso tanto para ella como para mí después en vida… (Además, somos PAS, Personas Altamente Sensibles.)

Sin embargo, pude ver con otros ojos, con los de Cristo, a mi madre, con esa mirada compasiva y misericordiosa, como Cristo nos ve a todos.

Experimenté también el abrazo soñado de mi abuelo, pues vino un chico a abrazarme en ese mismo momento que yo estaba empezando a procesar todo lo vivido en el ejercicio. ¡Cuán grande es Dios!

¡No pensé jamás haber vivido algo semejante, cosa igual!

Quiero dar las gracias a la Comunidad Somos hijos de Dios, por acompañarnos a caminar en Cristo y con Cristo, que verdaderamente es el mismo ayer hoy y siempre, y así vivir en alabanza y gratitud.

Desde que conocí en las alabanzas, Misa, etc., a esta Comunidad SHD (Comunidad de hermanos sencillos, humildes, pequeños y muy empáticos y trabajadores), ha ido progresivamente aumentando en mí el fuego y la sed de Dios, que nos ama a todos sus hijos por igual, con misericordioso, infinito e inmenso amor, y solo anhela que TODOS SUS HIJOS volvamos a ÉL para caminar en paz y unidad en Cristo Jesús, de la mano de nuestra madre María, la primera Apóstol y gran intercesora.

Gracias.

M. P.

1 Co 1: La sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios

TESTIMONIO #185

Comparto el testimonio, sencillo pero poderoso, de un detalle que el Señor me ha regalado en la última Eucaristía de este retiro de «Perdón y Misericordia».

El otro día le exigía al Señor un signo, que me diera una palabra para ayudarme a lidiar una épica batalla interior que últimamente estoy librando entre la sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios.

A través del libro «Conversaciones con un ermitaño del Monte Athos», me regaló la palabra de 1 Co 1, donde precisamente habla de la sabiduría de Dios y la sabiduría del mundo.

Y justo hoy, unas chicas muy majas de la Comunidad me han invitado, muy amablemente, a leer la segunda lectura de la Eucaristía.

Me he levantado un momentito para ver qué es lo que tenía que leer. Justo era 1 Co 1. Precioso. Literalmente, no podía moverme del ambón.

Adjunto foto:

Testimonio - Cita 1 Corintios 1

Un fuego interior que lleva ahí mucho tiempo

TESTIMONIO #184

Hola, con este testimonio quiero dar gracias a la Comunidad Somos hijos de Dios por el retiro «Renovados en el Espíritu» de este fin de semana en Bizkaia.

Iba con cierto reparo por mi timidez, aunque con muchas ganas de sanación, y gracias a la unción, amor y alegría de esta Comunidad, he vuelto yo misma rebosante de alegría y confianza en Dios y en la acción de su Santo Espíritu.

En un momento concreto, el padre Salvador aludió proféticamente a un matrimonio de los presentes que él veía llamado a evangelizar, y la verdad es que sentí que ponía palabras a un fuego interior que lleva ahí mucho tiempo.

Que Dios nos ayude a llevar a cabo Su misión a través de nuestro matrimonio y familia, como hijos suyos que somos.

GRACIAS, que Dios les bendiga.

Sentir la misericordia de Dios

TESTIMONIO #183

Buenas noches.

He asistido este fin de semana al Retiro de «Renovados en el Espíritu» en Carranza, y el efecto más inmediato de esa experiencia es que no quería que terminara lo que estaba viviendo allí.

Me he marchado con más sed de Espíritu Santo, de sentirme directamente conectado a las sanaciones y liberaciones que se estaban produciendo en mis hermanos/as. Vivir una alegría colectiva desbordada por la presencia del Amor de Dios es difícil de describir.

He de reconocer que, en mi caso, me ha pasado un poco de todo.

Desde llorar sin parar sintiendo una liberación tremenda, de ir aliviando heridas, hasta sentirme desorientado en otros momentos en los que pensé que el Espíritu Santo no quería actuar en mí porque no me inspiraba lo que debía pensar ni lo que debía decir o escribir, hasta que me día cuenta de que yo le había pedido en esa curación de heridas que me sanara mi falta de humildad, y Él me ofreció sentirme humillado, vaciarme de mi ego. El Espíritu Santo me hizo pasar por la prueba de hacerme sentir menos querido por Él que el resto de los hermanos, sí inspirados, para tomar conciencia de mi orgullo y aprender a ser el último.

Pero creo que lo que buscaba era que aprendiera la lección de no compararme a los demás, de no inclinarme a un perfeccionismo obsesivo y aceptarme a mí mismo en mi fragilidad y en mi miseria.

Y lo que recibí al día siguiente fue en la dirección de esa interpretación, haciéndome sentir el Amor de Dios Padre, con independencia de como sea yo, simplemente porque soy su hijo. Sentí que Jesús estaba allí también presente para mí, aunque no me atreviera a acercarme del todo a Él. Pero sentí que, al tocar con su poder a mis hermanos/as, moviéndose en sus almas, me amaba también a mí, que me hacía sentir privilegiado por ser testigo de esas gracias.

Llegué a sentir que quería arrojarme a sus pies y abrazarlos, y que esa visualización me llenaba de consuelo.

El salón de actos de un balneario de Bizkaia se convirtió en un espacio inundado de AMOR que fluía en todas direcciones sanando y liberando.

Y cuando yo ya había aceptado ser un hijo de Dios amado por su Padre, recibí un regalo inesperado.

La imagen de una prima fallecida se manifestó a alguien con don de profecía para hacerme revelar que esa alma intercedía por mí desde el Cielo o Purgatorio.

Pero el mayor regalo no fue saber que un alma estuviera intercediendo por mí, sino el tener la convicción de que esa alma intercedía por mí porque yo lo había hecho por ella, convirtiéndose en un testimonio espiritual de que rezar por las almas de fallecidos provoca una liberación de ellas, y que eso provoca una correspondencia de gratitud que nos protege a los que seguimos en esta vida.

Creo que aquí sí hubo una clara intención del Espíritu Santo en la elección de esa imagen, de esa alma, Olga; porque no se manifestó la imagen del alma de mi padre, mi madre, abuela… sino la de una prima con la que no tenía un trato habitual.

Y creo que lo hizo para transmitir el mensaje de que cualquier alma por la que recemos con el corazón puede ser beneficiada de sus sufrimientos por medio de nuestras oraciones.

Así que, de alguna manera, creo que una de las mayores gracias que he recibido en este Retiro ha sido sentir la misericordia de Dios por solicitar la misericordia para las almas del Purgatorio.

Gracias a Dios por utilizaros como instrumentos suyos para sanar, liberar y evangelizar.

Que Dios os bendiga.

Yo sigo porque yo tengo fe, yo creo

TESTIMONIO #182

«Cada vez que hago un retiro, durante el año pasa algo.»

«El Señor me lo ha quitado todo, no tengo nada. ¿Qué hago?»

«Vale Señor, no pasa nada. Quítame todo, pero yo sigo porque yo tengo fe, yo creo. Me lo has quitado hoy, pero igual me lo vas a dar otro día.»

«Cuando te quita todo, allí entra la desesperación, y no hay que desesperarse. Hay que ser humildes.»

«Señor, me has quitado todo, pero yo estoy contigo. No me voy, estoy contigo. Tú a lo tuyo, pero yo te sigo.»

Compartimos contigo el siguiente testimonio, de una de las casi 100 personas que han podido vivir el pasado retiro de Renovados en el Espíritu, celebrado en Vizcaya.

Testimonio retiro Renovados SHD

El dolor desapareció por completo

TESTIMONIO #181

Quiero contar una experiencia y regalo recibido de parte del Señor.

En septiembre de 2023 hice el Retiro de Discípulos de Jesús.

Desde hacía un año, tenía un dolor muy fuerte en la base de los pulgares de la mano, que me impedía hacer muchas labores, como abrir tarros, coger cosas que pesaran, etc.

El viernes que llegué al Retiro, el dolor se incrementó en una de las manos. En un momento del Retiro, donde se pidió gente para que se rezara por ellos, yo solicité que se hiciese por mí, y rezaron por el dolor de mis manos.

Y desde entonces el dolor desapareció por completo.

Jesús está vivo y sigue actuando con todo su Amor, tal y como lo hacía en tiempos de los Apóstoles.

Este hecho me reafirmó en la fe, que ya había experimentado durante muchos años antes. Sigo siendo testigo del Amor que el Señor nos tiene a cada uno. Sé que me ama con locura. Gracias a todo mi proceso de crecimiento en el Espíritu, me siento hijo muy amado de Dios. Por ello le doy gracias cada día y en cada momento, venga lo que venga. El Señor ha puesto en mi corazón un deseo vivo de querer lo que Él quiera (con mil caídas torpes por mi parte, porque soy vasija de barro, pero con el Señor todo lo puedo, porque Él es mi fortaleza).

Él ha ido y sigue sanando mi corazón.

¡Gloria a Dios! Todo para su Gloria.

Bendiciones.

Me siento bendecida y feliz

TESTIMONIO #180

Agradezco sinceramente por la claridad que me brindaron el domingo a través de las palabras del padre Salvador. Desde el momento en que comenzó a hablar, sentí que esas palabras eran para mí.

En ocasiones, me desanimo al no comprender claramente lo que Dios espera de mí. Sin embargo, esta semana ha traído una renovación, como si una puerta se hubiera abierto revelándome una perspectiva diferente. La serie «Wake Up», en Instagram, junto con esa palabra especial, ha iniciado un cambio palpable en mi interior. Me siento bendecida y feliz.

Que Dios los bendiga abundantemente en esta hermosa misión.

Muchas gracias.

Qué pasada, qué bonito, qué barbaridad, qué Grande

TESTIMONIO #179

En el retiro de sanación de enero del pasado año, a través del padre Abraham, el Espíritu Santo me visitó, cual Mazinguer Z y su fuego de pecho.

Con estas palabras todos sabrán quien soy. Aun siendo el único que viajó sin acompañantes, en ningún momento me sentí solo, gracias a la familia hispana-francesa con la que compartí mesa, y a toda la Comunidad Somos hijos de Dios. Gracias. Me ayudaron a confesarme, algo que durante muuuchos años había sido olvidado por mí.

Estuve en el suelo 55 minutos, en descanso del Espíritu, tiempo que Él necesitó para ablandar mi corazón. No me dejó levantarme, quería hablar conmigo.

Wuau. Qué pasada, qué bonito, qué barbaridad, qué Grande.

Fue increíble. Fue gratis. Solo tuve que darle permiso para que entrara en mí.

Hoy, en la Adoración, el padre Salva ha comentado que el padre Abraham está en Hungría, y que un sacerdote renovado es una bomba. Doy fe.

Gracias, gracias, gracias a Dios. Siempre Gloria a Dios.

En mi vida he sentido muchos tipos de amor, pero como ese Nunca.

No me dejó levantarme hasta que no terminó de darme su mensaje de Amor, con su madre María Auxiliadora, cantando como un niño en la Iglesia de los Salesianos.

Para Gloria de Dios y de su siervo.

Dios te oye cuando le hablas. Gracias, por volver a reencontrarme con Dios.

Y Gracias a mi amigo Carlos por invitarme al retiro.

Heridas desde la guerra

TESTIMONIO #178

Es tanto lo que he recibido en esta Comunidad, por la Gracia de Dios, que humanamente me resulta imposible explicarlo. Muchísimo menos agradecerlo. Y más cuando el inmerecido milagro no se queda en mí, sino que salpica a las personas que amo.

Mi familia y yo arrastrábamos heridas desde la guerra: renegando de Dios y odiando a su Iglesia. Y en su infinita Misericordia, no solo sé, por Fe, que nos ha perdonado, sino que nos mata el cordero cebado.

Quiero dar testimonio de lo radicalmente diferente que resulta la vida familiar al amparo de la Fe cristiana. Hasta el punto de afirmar que mi familia sin Dios no merecía ese nombre.

Hoy mis hijas están yendo a catequesis para recibirle y no hay palabras para expresarlo.

Tan solo me queda pedir Oración por todas las personas que lo han hecho posible y por sus familias. Que Dios os llene de Gracias y Bendiciones eternas.

Bendito y alabado seas por siempre Señor.

Dios te ha sanado

TESTIMONIO #177

El 10 de diciembre, en la Adoración, estuvieron rezando por mí, por la insuficiencia severa de la válvula tricúspide del corazón. Recuerdo sentir muchísimo calor y tener que quitarme el abrigo.

Y me dijo Lucas: «Da gracias todos los días que Dios te ha sanado.»

Pues el cardiólogo me ha dicho que está el corazón muy bien, con una insuficiencia muy leve que es fisiológica y no es ni para hacer seguimiento.

¡La Gloria para Dios!