Él se hace presente

TESTIMONIO #156

Buenos días:

Quisiera dar las gracias al padre Salvador y su Comunidad por los encuentros y retiros que llevan a cabo y que nos permiten conocer mejor a Dios, porque no se puede amar lo que no se conoce.

A final de enero pude participar en un retiro con ustedes en Guardamar. Fue increíble. Sanó heridas hacía largo tiempo abiertas, me devolvió la alegría de vivir y a partir de ahí empezó a cambiar mi vida, un giro de 360 grados.

Y hoy, ya que no me había atrevido antes a hacerlo, después de haber estado en la Vigilia de Pentecostés de ayer con ustedes, no puedo seguir manteniendo cerrada mi boca.

Padre Salvador, en las dos experiencias vividas con usted, se me ha permitido tener un encuentro real y verdadero con el Amado. En el retiro al que asistí ya he comentado lo que hizo en mí y cómo ha transformado mi vida. En la Vigilia de Pentecostés fue un constante ir y venir con El Espíritu Santo.

En el clamor de la multitud, en la música que te envuelve y que te hace conectar más estrechamente, en la oración, en el aire que respiramos, ÉL SE HACE PRESENTE, ¡y de qué forma!

Se hace el encontradizo contigo y viene a colmarte de amor y atenciones. Sientes cómo tu pecho se inflama y deja volar tu alma, manteniéndola muy estrechamente unida a Él, acariciándola y amándola, mientras tú dices «no tengo miedo, confío en ti Señor».

Y vuelve la alegría y más tarde la tristeza, porque tienes deseos de más.

Lo buscas y lo amas porque Él se derrama siendo todo amor y misericordia, lo buscas en cada momento, lo buscas en el aire que respiramos, en el suave canto de los pájaros, lo buscas en las nubes y en el cielo azul, lo buscas en la inmensidad del mar y en las estrellas.

Y ahí está. En el silencio que todo lo envuelve, con todo su esplendor, con toda su fuerza, con toda su Majestad.

Padre Salvador, mil gracias por acercarnos en cada encuentro un poco más a Él.

Y gracias también a Yolanda y su marido por ser un claro ejemplo de amor y misericordia.

Gracias.

Borrachos de gozo y alegría

TESTIMONIO #155

Buenos días.

Ayer fuimos desde San Javier y Murcia 4 personas a la Vigilia de Pentecostés.

Nos pareció maravillosa.

En el viaje de ida íbamos llorando, tristes y con miedos diversos, personales. A la vuelta regresamos borrachos de gozo y alegría, llenos del Espíritu Santo. No podíamos parar de reírnos.

Cuánto tiempo llevaba sin estar alegre y feliz, metida en los problemas del día a día. Fue una experiencia, la vivida ayer, que la recibo como un regalo de Dios a mi vida y que necesitaba mucho.

Quiero dar las gracias a todos los que habéis hecho posible esta Vigilia. Por ayudarnos a abrir nuestros corazones al amor de Dios, a propiciar ese encuentro, esa efusión del Espíritu Santo que tanto bien nos hace y hará en adelante. Por acogernos y mimarnos con los detalles que nos regalasteis. La palabra dada llegó directamente a nuestros corazones y se empaparon de paz, alegría, amor. La alabanza nos elevó y nos acercó al Espíritu Santo.

Gracias a todos los sacerdotes por vuestra misión, grande, grande.

Desde el principio tuvimos con fuerza y majestad la presencia viva y real de Dios. Estaba con nosotros, se movía entre nosotros y se podía ver, oír y sentir.

Sigan adelante con su evangelización porque hacen mucho bien. La humanidad tiene sed de Dios y no lo saben. Hay que llevarles al Espíritu Santo para que ilumine sus vidas con todos sus dones.

Sin duda repetiré y hablaré a otras personas de mi experiencia, para que puedan ir a vuestros retiros y vivenciarlo también.

Dios les bendiga por tanto bien como hacen.

Carmen Herrera González.

Su gran obra en los más pequeños

TESTIMONIO #154

Esta mañana hemos celebrado Pentecostés en Valencia. Ha sido una bendición. Cuando hemos llegado a casa, mi hija (de 9 años) me ha contado con gran alegría su experiencia.

—Papi, ¡tengo un testimonio para la página web de la Comunidad!
—¿Ah, sí? Cuéntame, hija.
—Pues mira, han rezado por mí y me he caído al suelo.
—¡Anda! Vamos, que has tenido un descanso en el Espíritu.
—¡Eso es!
—Me alegro mucho, cariño.
—Y cuando han rezado por todos los niños para que reciban el Espíritu Santo, no me he caído, pero mi mano se ha puesto a temblar, y ahora la tengo como hinchada.
—Vaya…
—Y encima ayer, en la preparación de Pentecostés, me dijeron que rezase por una persona. Puse la mano encima de ella… ¡y también se calló al suelo!
—Otro descanso en el Espíritu.
—¡Sí! Al padre Salva no le dio tiempo ni siquiera a decir «Jesús». Se quedó en «Je».
—Qué bien, cariño.
—Papi…
—Dime, hija mía.
—Me gustaría ir todos los días a Misa.
—Vaya…

Así que hemos cogido de nuevo el coche por la tarde, y hemos acabado en Paiporta, para poder ir a Misa con nuestra Comunidad, y así cumplir el deseo de mi hija.

Ahora ya es de noche. Me he sentado (¡por fin!) para escribir este testimonio. Pero la voz de mi hija me interrumpe.

—¡Papi! ¿Puedes venir?
—¡Claro que sí!

Dejo de escribir y me dirijo a su cuarto. Abro la puerta. Está todo a oscuras, menos un rincón de la habitación, iluminado por la luz de una pequeña vela.

—¡Mira, papi!: He hecho un lugar de oración para poder rezar todos los días. He puesto un Rosario, y también voy a poner una Biblia. ¿Te gusta?
—Me encanta, cariño.

Y ella se ha puesto a rezar. Y yo he continuado escribiendo, dando gracias al Espíritu Santo, que sigue haciendo su gran obra en los más pequeños.

Una perla preciosa

TESTIMONIO #153

Os he conocido por casualidad, aunque las casualidades no existen.

El domingo estaba en YouTube y me saltó vuestra Adoración. Después me entró curiosidad de saber más de vosotros y me encontré con una perla preciosa: la página web, que tiene un contenido estupendo.

Quiero destacar que la Adoración al Santísimo me impactó y tocó mi corazón. Me sentí libre de la angustia y tristeza que llevaba dentro.

Espero poder ir a conoceros. Estoy en Barcelona.

Muchas gracias por ser portadores de la luz de Cristo.

Bendiciones.

No pude parar de llorar de gozo

TESTIMONIO #152

Hola:

Soy un chico que asistió desde Madrid al retiro de abril «Perdón y Misericordia» en Torrent (Valencia).

Antes del retiro, después de una experiencia de 7 años como laico consagrado (en un movimiento), fui seminarista 6 años en Madrid, y en el 2018 (a pocos meses de mi ordenación sacerdotal), salí del seminario y abandoné mi camino al sacerdocio. En estos últimos años, desde el 2018, aunque trataba de frecuentar los sacramentos y vivir mi vida conforme a la moral cristiana, mi relación con Dios, especialmente en la oración, era distante, árida, cuando no, inexistente.

En el retiro, desde el comienzo, sentí fuertemente como ese nudo afectivo terminaba de deshacerse y desaparecer. No recuerdo haber experimentado tantas mociones del Espíritu, tan intensas y en tan poco tiempo, de manera continuada, al tiempo que sentía una paz y sosiego inmensos, a pesar de las cosas sorprendentes, que sucedían a mi alrededor, durante el retiro. No pude parar de llorar de gozo y maravillarme por todo lo que sucedía dentro y fuera de mí.

Lo mejor de todo, es que estas mociones y esta paz y sosiego, se ha venido prolongando en estos días, como un rumiar espiritual, en mi oración y en algunos momentos, durante el día.

Doy gracias a los organizadores de este retiro, a los asistentes (personas que me acompañaron y con los que compartí experiencias) y al Señor, por haber predispuesto todo para poder asistir. Y espero seguir creciendo en esta nueva relación y experiencia, con el Dios que vive y habita en medio nuestro.

Un saludo y gracias de corazón.

Alegría que no se puede explicar

TESTIMONIO #151

De todo corazón quisiera agradecer al padre Salvador y a cada uno de los hermanos y hermanas de la Comunidad esta oportunidad tan maravillosa que nos han brindado en el retiro de Sanación «Perdón y Misericordia», ¡en el cual por fin pudimos reconciliarnos con Dios y con nosotros mismos!

Muchísimas gracias por el trabajo extraordinario, grandioso y milagroso que Dios ha hecho a través de cada uno de vosotros —un trabajo que ha sido realizado a la perfección (todo tan bien pensado y realizado)— por el cariño, la paciencia y sobre todo el amor que se desprendía de vuestros corazones. He visto a Jesús en cada uno de los hermanos y las hermanas con los que tuve la posibilidad de tratar: ¡esa mirada profunda con mucho amor, compasión y comprensión!

He vivido con mucha intensidad cada una de las etapas de sanación interior. En cada una de ellas el Seños me ha ido mostrando que en ningún momento he estado sola, que Jesús siempre estaba presente y que la Santísima Virgen me protegía y sigue protegiendo de una manera muy especial.

En la sanación de la etapa de heridas de crecimiento vi los momentos claves que han podido provocar estas heridas. Una de ellas es la falta de cariño por parte de mi madre. Mi mamá era una buena madre con un gran corazón, pero muy estricta y exigente y no sabía expresar su amor de otra manera, quizás porque su madre nunca se lo mostró hacia a ella.

Cuando el Señor me enseñó este momento, se acercó una de las hermanas y me dio ese abrazo de mamá que tanto necesitaba, y además me dijo que sentía mucha protección de la Santísima Virgen (eché a llorar, todavía sigo llorando).

Este hecho fue muy sanador y, además, cuando me desperté a la mañana siguiente la primera palabra que escuché era María.

Hubo otros momentos:

Vi a la pequeña María rechazada y abandonada por sus amigos y también la muerte de mi papá. Durante muchos años le he estado preguntando a Dios el porqué se lo había llevado tan temprano. Solo tenía 9 años cuando mi papá falleció. Mi mamá quedó sorda por un trauma que sufrió de pequeña. Me dolía mucho cuando la gente delante de mí se alegraba de la muerte de mi papá y se burlaba de la sordera de mi mamá… Solo con 35 años pude perdonarlos (entendí que lo hacían por ignorancia y por falta de amor; también entendí el porqué el Señor se ha llevado a mi papá).

Tal y como he contado en mi testimonio de la «caja negra», mi papá me quería muchísimo, de tal manera que me lo consentía todo. Dios me enseñó que me protegió del peligro que me esperaba: me hubiera convertido en una persona autoritaria y sin escrúpulos; sí, hubiera tenido todo lo material, pero hubiera perdido lo esencial – mi alma.

También se me han quedado grabadas las imágenes de la Misa final, de la sanación de árbol genealógico. La viví con mucho amor y mucha intensidad.

Al principio de la Misa, en el momento de pedir perdón, al acercar la hoja con los nombres de mi árbol genealógico hacia al corazón, sentí mucho calor en el pecho y también amor que atravesaba mi corazón. Enseguida vi a Jesús – Divina Misericordia con sus Divinos Rayos de Sangre y Agua atravesando la Iglesia y, acto seguido, las almas una tras otra, muy alegres subiendo al Cielo.

En el momento cuando las hojas con los nombres de nuestros seres queridos estaban expuestas en el Altar, vi a una paloma blanca que descendió y se sentó encima de los tochos.

Casi al terminar la Misa, vi a Jesús Glorioso y Majestuoso con los brazos abiertos en las puertas del Paraíso.

¡Esta alegría que sentí no se puede explicar!

También quisiera darle las gracias a Dios y al padre Salvador por la oportunidad de renovar los votos matrimoniales, sobre todo por este perdón que tanto necesitábamos de pedirnos unos a otros y nuestro orgullo nos lo impedía.

¡Gracias Jesús!

Cada momento fue muy sanador, cada palabra pronunciada descubría y curaba las heridas sin dolor y con mucho amor.

Le doy gracias al Señor por haberme brindado esta oportunidad tan bella y maravillosa que parecía un sueño y del cual no quería despertar.

¡Muchas gracias a todos los que habéis sido partícipes de esta experiencia tan maravillosa del encuentro con el Señor nuestro Dios!

¡Que Dios os bendiga!

Con mucho amor,

Mariya (from the Ukranians Brothers).

El testigo número 150

TESTIMONIO #150

El otro día entré en vuestra página web y vi que ya tenéis publicados 149 testimonios.

No es la primera vez que he compartido con vosotros algún testimonio de la acción de Dios en mi vida a través de alguno de vuestros eventos.

Y ahora, una vez más, me pongo manos a la obra, reconociendo que para mí sería un auténtico honor ser el testigo número 150.

Pero… ¿testigo de qué? Pues muy sencillo: ¡De la resurrección de Cristo!

Sí, puedo dar testimonio de que Jesús está vivo, que Él ha vencido la muerte.

¿Cómo puedo demostrar esta afirmación? Porque le he visto actuar y manifestarse con claridad en todas y cada una de las historias de Amor de vuestra página web.

He leído todos los testimonios. Uno a uno. Poco a poco. Son una prueba palpable de que Dios camina a vuestro lado, obrando signos, prodigios y milagros.

Sí, Jesús está vivo. Qué mayor alegría para este tiempo de Pascua, donde nos preparamos con ilusión, como niños, para la venida poderosa del Espíritu Santo.

Tengo (tenemos) unas ganas tremendas de este nuevo Pentecostés, a vuestro lado, con vuestra Comunidad.

Una Comunidad sencilla y pequeña, que Dios utiliza para realizar cosas preciosas y grandes.

Así lo ha hecho en cada uno de los 149 testimonios. Así lo ha hecho conmigo. Y así lo seguirá haciendo con más y más gente.

Porque el Amor de Dios es eterno. Dios siempre es más. Más y más.

Firmado: Un hijo de Dios y de María.

Una gracia de alegría

TESTIMONIO #149

El Señor recomenzó una nueva obra de salvación y reconstrucción.

El Señor ha estado presente en mi vida, una historia de desencuentros por mi parte, y encuentros por la suya.

En abril de 2022, estando en una situación difícil, por casualidad vi en YouTube un testimonio del padre Salvador, observé una gran fe, y busqué a su Comunidad Somos hijos de Dios, y me apunté al primer retiro.

Allí me vi como una vasija rota y resquebrajada y como El Alfarero quería hacer de ella una vasija totalmente nueva. Y así está siendo, de retiro en retiro, y acompañada por esta Comunidad y sus sacerdotes, El Señor me ha ido restaurando.

Atrás quedó una parálisis espiritual e incluso enfermedades curadas del cuerpo y el alma, y en el último retiro en Bilbao El Señor me hizo sentir una gracia de alegría que solo Él puede dar.

Está historia aún no ha acabado, pero hoy Viernes Santo de 2023, quiero poner a los pies de Jesús mi anhelo, mi agradecimiento, mi testimonio de fe y todo lo que aún tiene soñado para mí y mi familia.

Gracias a la Comunidad Somos hijos de Dios y a los sacerdotes que El Señor pone para su obra.

¡Que está Alfarería siga trabajando para la gloria de Dios!

Una Fe más grande

TESTIMONIO #148

Quiero dar gracias a Dios por la Sanación obrada en mi columna vertebral, mis hernias discales y el dolor en la cadera, un pinzamiento de varios meses que me ha impedido hacer una vida normal, durante más de 2 años. Ha sido un milagro patente.

Quiero dar Gracias también, por hacer instrumentos de esta Sanación, los retiros del padre Salva, a mi mujer por insistir y perseverar conmigo, pese a mi incredulidad.

En septiembre de 2018, tras meses de pruebas, me diagnosticaron 1 hernia cervical en la C5 y 1 hernia lumbar en la L5, lo que me generaba dolores de espalda, episodios de mareos, casi todas las noches hormigueos en las manos, brazos y piernas, que me impedían dormir con profundidad, hacer ejercicio, llevar peso; en definitiva, vivir con el 50% de mis posibilidades.

Visité varios médicos, varios me aconsejaron operarme… Me dieron hasta fecha de operación.

En el primer retiro en septiembre de 2020, experimenté una gran Sanación, al imponerme las manos el padre, noté un calor intenso.

Tras este retiro me disminuyeron casi al completo las molestias (de 10 de dolor a 3), lo cual me permitió llevar una vida normal… ¡para la gloria de Dios!

El segundo retiro, en febrero de 2021, al imponer las manos de nuevo el padre, noté otra vez un calor intenso, incluso también con mi mujer, que siguió rezando.

Después de este retiro, definitivamente las molestias desaparecieron por completo.

El tercer retiro, en octubre de 2021, de nuevo el padre Salva me impuso las manos, volviendo a notar ese calor intenso. Después de este retiro ya no tengo molestias de ninguna clase.

Desde entonces he vuelto a una vida normal, a hacer senderismo, no padezco de insomnio, ni de dolores, vuelvo a llevar peso. Hago todo con cuidado, pero con una vida normal.

En febrero de 2023 fui otra vez al retiro 3. Tenía un dolor sordo en el muslo izquierdo desde hacía 3 meses. El padre me impuso las manos y noté como el músculo literalmente palpitaba. Salí de allí de nuevo sin dolor, hasta hoy.

Estoy muy agradecido, pues el Señor, además de una Sanación física, ha ido sanando mi espíritu, abriendo mi corazón a una Fe más grande. Él me ha llevado a una vida de Sacramentos frecuentes, de Adoración y Alabanza, de acompañar en los apostolados, y misión evangelizadora. Mi vida espiritual ha crecido muchísimo.

A todos os recomiendo hacer estos retiros del padre Salvador, un sacerdote, sin duda, ungido por Dios, así como su obra.

Padre Salva, ¡gracias una vez más por poner su vida al servicio de la Sanación de tantos, que Dios le bendiga junto con toda su Comunidad «Somos hijos de Dios»!

Mikael Gaultier (Madrid).

Endometriosis y quistes en los ovarios

TESTIMONIO #147

Buenas tardes, quiero dar mi testimonio de fe y dar Gloria a Dios por el milagro que Dios, a través del padre Salvador y la Adoración de los domingos, ha hecho en mi vida.

Llevaba 4 años buscando con mi pareja quedar en embarazo; los médicos me decían que era muy difícil porque sufro de una enfermedad llamada endometriosis y quistes en los ovarios, lo que hace muy complicado que pudiera quedar en estado, y por mi edad, ya que tengo 43 años.

Yo, cada 15 días, escucho la Adoración del padre Salvador, pues vivo en Madrid, y justo hace como 2 meses, en la Adoración, él pidió por las mujeres que no podíamos tener hijos y que lo anhelábamos. Hizo una oración muy especial que yo con mucho amor y entrega escuché e hice.

Elevé mi oración al Cielo con tanta fe, que Dios me escuchó, y para Gloria de Él, tengo 7 semanas de embarazo.

No me lo podía creer cuando la doctora me lo dijo, porque ya había perdido la esperanza. Dios es tan misericordioso que me escuchó y me hizo ese milagro que tanto anhelaba. Ahora estamos muy felices en mi familia y oramos día a día para que todo salga muy bien con la ayuda de Dios.

Quiero agradecerle primero a Dios por el milagro tan grande que hizo en mi vida y en segundo lugar al padre Salvador por tan hermosa Adoración. Dios lo bendiga siempre y gracias por transmitirnos el mensaje de Dios a diario en Facebook y por las Adoraciones.