¡Ya no los tiene necrosados!

TESTIMONIO #166

¡Fijaos qué maravilla!

Como nos decía Adriana al final de la Adoración: «Hay que pedir y se os dará.»

Pues mi hermana tiene un pie mal, necrosado, fruto de una bacteria pero también de un supuesto diagnóstico de herpes que no lo tenía. Entonces le recetaron una crema con corticoides que le abrasó el pie, y la bacteria hizo que eso se exacerbara aún más.

Debido a ello, tenía todo el pie negro y tenía que tenerlo todos los días vendado, con curas diarias, etc.

Esta mañana me ha enseñado a mí cómo tenía el pie: el dedo gordo y el siguiente realmente necrosados, negros.

Luego, en la Adoración, con el vendaje puesto, ella estaba allí pidiendo, pidiendo y pidiendo.

Cuando ha subido a casa, me ha enseñado de nuevo el pie ¡y ya no los tiene necrosados!

¡Es súper fuerte!

Es que incluso un agujero que tenía en el dedo gordo, ¡ya no está! Se le ha ido. Y toda esa necrosis, que no se va en unas horas, es que se le ha ido completamente.

Y el otro pie, que ya empezaba también a estar oscuro, pues ahora está muchísimo más limpio.

Es increíble, ¿verdad?

Así que damos gracias y Gloria a Dios que siempre nos permite ver sus bendiciones y sus obras.

Que todo sea para su Gloria y para que nosotros, como nos ha dicho el Señor a través de tantas palabras, seamos conscientes de lo recibido y que lo pongamos a trabajar con decisión y sin dudar para su Gloria.

Un abrazo para todos.

Bendiciones.


Con gran alegría compartimos contigo, en la siguiente foto, el antes y el después:

Testimonio Adoración SHD

Libre de adicciones y miedos

TESTIMONIO #165

Gloria, Gloria a Dios.

Hermanos, gracias por ser los instrumentos de Dios que traen el cielo a la tierra.

Llevo acudiendo cada vez que puedo a vuestras Adoraciones, desde que estabais en la parroquia de Oliveral. Y acudí a vuestro primer retiro en el Verbum Dei. Puedo decir que siempre habéis estado ungidos por el Espíritu Santo y veo un gran crecimiento.

En la Adoración del día 14 de mayo experimenté una fuerte liberación que vino a concluir en el día de Pentecostés, cuando por el micrófono una de las hermanas dijo que alguien estaba siendo libre de adicciones y miedos. Yo lo tomé para mí y le dije al Señor que la obra que había empezado en mí en la Adoración, la terminara. Me acordé de los vídeos sobre la autoridad que el padre Salva enseñó a través de Instagram y lo puse en práctica.

Hoy puedo decir que me he liberado de un resentimiento y este ha causado un efecto de bendición en mi vida.

He salido hace unos minutos de la ginecóloga y me ha dicho que estoy sana de unos quistes que tenía en el ovario. Palabra que también se dijo en Pentecostés y la tomé para mí. Gloria a Dios por su libertad y sanación en mi vida.

Gracias por ser instrumentos del amor de Dios y hacernos sentir tan amados por Dios. Me gustaría nombrar y dar las gracias a algunos de vosotros, pero no lo hago por motivo de no hacer sentir mal a ninguno. El Señor en cada servicio hace resplandecer su Gloria y algunos estáis llamados a estar de cara al público, cosa que no es fácil, y lleva demasiado riesgo por los ataques del maligno. Y los otros, en lo oculto, hacéis parte del plan de Dios e intercedéis por aquellos que tienen que poner la cara de la Comunidad. Pero todos sois importantes en el plan de Dios.

Muchas gracias y os encomiendo en mis oraciones. Que sigáis siendo dóciles a la dirección del Espíritu Santo.

GLORIA A DIOS.

La Paz.

Cristina.

Mensajeros del Evangelio

TESTIMONIO #164

Gracias, padre Salvador, por todas sus enseñanzas a través de Facebook y de Instagram. También la de Pentecostés.

Este ha sido el primer año que he conocido a su Comunidad, y me ha gustado mucho. Puedo decir que se experimenta algo grande y especial en sus reuniones. Yo, poco o nada conocía del Espíritu Santo, y gracias a usted y a su gran equipo de Comunidad estoy entrando en otra realidad.

Realmente son mensajeros del Evangelio.

Podrían hacer más eventos como el de Pentecostés, de cara al público. El mundo está muy necesitado y estos momentos son realmente un refresco para nuestra alma y espíritu. Dios le recompensará a usted y a su Comunidad la entrega y el sacrificio.

Esperando con expectativa vivir un retiro.

Gracias, muchas gracias por llevarme a conocer al Espíritu Santo.

Dios os bendiga.

Conchi.

Milagros que están a la orden del día

TESTIMONIO #163

Buenos días:

Hace unas semanas estuve con mi mujer en la Adoración de los domingos, a las que solemos asistir y disfrutar en ellas.

Al final de la Alabanza, cuando pasó el Santísimo para que nos sintamos más cerca de Él, noté, después de pasar cerca de mí, un cosquilleo en el hombro izquierdo que duró unos segundos. Inmediatamente cambió y tuve un cosquilleo de 15 segundos aproximadamente en las costillas, en la zona del hígado. Esto me sorprendió mucho, pero no sabía a qué respondía.

Reflexionando, recordé que tenía una tendinitis crónica en el hombro izquierdo que me hice hace mucho tiempo y me ha llevado a numerosos médicos y fisios, y aun con las técnicas más modernas nunca han podido curarla. Esta tendinitis no es algo que me afectara en mi vida de forma grave, solo cuando forzaba el hombro me venía un dolor que se iba haciendo más fuerte si no paraba el esfuerzo.

A partir de ese día puedo hacer los ejercicios que quiera, que no me duele nada. Ahora es el otro hombro el que se queja de agotamiento, en vez del que tuvo la tendinitis.

El cosquilleo que tuve mucho más tiempo, en el hígado, no tengo ni idea de qué enfermedad estaba sanando, pero me da la impresión que algo mucho más importante, aunque yo no sepa de qué.

Quería daros las gracias a todos los que formáis la Comunidad por hacer posible que Jesús obre estos milagros que están a la orden del día.

Un abrazo a todos.

¡GLORIA DE DIOS!

Sentí fuego en mi corazón

TESTIMONIO #162

Quiero dar testimonio de lo que viví en el retiro de Pentecostés.

Es el tercer año que acudo.

Me llama la atención que nada más entrar siento una Presencia del Espíritu Santo que me sobrecoge y me llena de Paz.

Este año hubo un momento que sentí fuego en mi corazón.

Después de esto, una hermana dijo con el micrófono que Jesús estaba sanando los corazones.

Ha sido de mucha bendición. Muchas gracias por todo. Os encomiendo a Dios y a la Virgen para que sigan dirigiéndoos.

¡Gloria a Dios!

Eres hermosa a los ojos de Dios

TESTIMONIO #161

Testimonio Pentecostés 2023.

Me llamo Miren. Estoy casada con Ramón. Tenemos 6 hijos, 2 en el Cielo, y 6 nietos.

El Señor Jesús nos movió para acudir el 27 de mayo del 2023 a la fiesta de Pentecostés, que celebró la «Comunidad Somos hijos de Dios» junto con 600 hermanos más, aproximadamente.

Este año he podido hacer una novena al E.S., que me ha ayudado mucho a prepararme para esta gran efusión.

Tengo que reconocer que iba con expectación y mucha SED de Espíritu Santo, ese Espíritu que vive en mí, pero que yo tantas veces apago con mis pecados.

Pude entrar en la alabanza y escuchar los testimonios y las enseñanzas que se dieron.

Llegó el momento de ponerlo en práctica, de la presencia, del encuentro.

Al entrar Jesús en la Custodia, enseguida comencé a llorar, pero ¿por qué, si yo estaba bien, estaba contenta?

Y al entrar Él, me invadió la tristeza, la angustia…

Me puso una palabra en el corazón: «Tú quieres a todos y ¿por qué no te quieres tú?»

Empezó a latirme fuerte el corazón y tenía mucha necesidad de que oraran por mí. Era imposible que alguien viniera, no se podía acceder a mi asiento.

Entonces se me dijo: «Busca a Yolanda.»

Salí de mi sitio impulsada. Yo no quería, pero no podía permanecer allí. Enseguida encontré a Yolanda y la abracé pidiéndole que por favor rezara por mí. Temblaba y la taquicardia no paraba. Yolanda me dijo: «Ora en lenguas, tú hace tiempo que tienes el don de lenguas.»

Y comencé a cantar…

Perdí el conocimiento completamente y, cuando desperté, estaba en el suelo. Un sacerdote conocido, querido, amigo (padre José Enrique), rezaba por mí, haciéndome la señal de la Cruz y diciendo: «MIREN DEL ESPÍRITU SANTO, MIREN DEL ESPÍRITU SANTO… Más Amor…»

Yolanda me dio palabras de conocimiento, algunas como «eres hermosa a los ojos de Dios; se complace cuando le invocas».

Estaba en el Cielo. Sentí mucho amor, mucho amor. Había desaparecido la tristeza, la angustia, la taquicardia, y sigo teniendo un gran gozo en el alma, todo para Su Gloria.

También va revelándome poco a poco por qué no me quiero a mí, y dudo de su perdón y de su amor incondicional. Tengo mucho orgullo, entre otros pecados.

El final fue espectacular, con todos los niños Adorando y alabando. Allí puse a todos mis nietos, que no estaban físicamente, pero con la oración de los abuelos estuvieron y recibieron también el E.S.

Toda la Gloria sea para Ti, Señor, y para nuestra Madre María.

Miren del Espíritu Santo.

Si Tú quieres, tómame, aquí estoy

TESTIMONIO #160

Hola hermanos:

Quiero compartir este testimonio de Pentecostés.

Porque el Señor es grande y merece Gloria.

Me tomo el atrevimiento de contarlo en nombre de mi hermano.

En mi casa somos una familia amplia. Así que yo quise que juntos hiciéramos la novena al Espíritu Santo unido al Santo Rosario y así prepararnos mejor para vivir este gran día.

Aunque no fue fácil porque no siempre hay entera disposición de parte de todos y para los jóvenes de cierta edad casi siempre resulta aburrido y pesado.

Vamos, que incluso terminaban durmiéndose, ese era el caso, pero aun así yo no desistí.

Total, que llegó el gran día, y a uno de mis hermanos, que se llama Daniel y tiene 16 años, no le apetecía venir.

Toda la mañana poniendo excusas.

Con todos los argumentos necesarios.

Intentando conseguir quedarse en casa.

Gracias a Dios, con las pocas ganas, vino con gran parte de mi familia.

Cuento las palabras textuales que él me expresa:

Yo nunca había tenido una experiencia así.

Era la primera vez que asistía a un Pentecostés. Yo no sentí nada ni en las canciones ni en las enseñanzas, hasta que entró la Custodia con el Señor.

Cerré los ojos y le dije al Señor: «Si Tú quieres, tómame, aquí estoy.»

No abrí los ojos porque habían dicho que lo mejor era no distraernos.

Entonces comencé a llorar. Ni sabía por qué, pero no podía parar y el cuerpo me empezó a temblar. Había un chico que estuvo sentado todo el rato al lado mío y yo le escuchaba hablar en lenguas. Pensé que era alguien de la Comunidad, pero me extrañaba que estuviera allí todo el tiempo.

Yo tenía las manos empuñadas y él me dijo: «Abre las manos, porque así no va a entrar el Espíritu Santo.»

Así que las abrí.

En ese momento se acercó el padre Salva.

Me puso las manos en la cabeza y yo empecé a sentir un fuego que me quemaba por dentro. En el mismo instante escuché que la chica del micro dijo: «Hay un joven que está siendo liberado de una adicción y está sintiendo un fuego.» Yo sentí directamente que esa palabra era por mí y el fuego de verdad me quemaba.

Así me pasé toda la efusión llorando y temblando.

Yo, su hermana, doy fe, porque al acabar todo fui a darles un abrazo y seguía llorando.

Estoy inmensamente feliz porque una de mis peticiones era que el Espíritu Santo viniera a romper la esclavitud que tenía por los videojuegos y que le provocara un rechazo absoluto por ello. (Este es el problema de muchos adolescentes y que muchas familias lo padecen.)

Para Gloria de Dios, desde ese día ha dejado de jugar y le pregunto:

—¿Por qué no juegas?

Y me dice:

—Porque no tengo ganas.

GLORIA A DIOS.

Pedid y se os dará.

Solo el Espíritu Santo tiene el poder de cambiar vidas. Sigo clamando para que esta semilla que se plantó en él, como en todos los que han asistido, siga dando su fruto y se produzcan verdaderos cambios de conversión.

Bendiciones hermanos.

Alejandra.

El Espíritu Santo estaba purificándome

TESTIMONIO #159

Mi experiencia de Pentecostés del sábado por la mañana.

Este sábado asistí a la convocatoria de PENTECOSTÉS, como vengo haciéndolo en estos tres últimos años, y nunca tuve nada extraordinario. Ni tan siquiera los domingos, cuando he asistido a las Adoraciones en tu parroquia. Hasta el sábado pasado.

Las charlas y testimonios fueron muy interesantes. Pero yo seguía sin sentir nada en especial, hasta que a continuación entró en la sala el SANTÍSIMO.

Puesto de rodillas, empezó la invocación del Espíritu Santo.

Mi corazón empezó a sentir algo que no puedo definirlo, pero mi corazón lloraba, yo lloraba, todo mi ser lloraba desconsoladamente. Nunca me había ocurrido. Yo no he llorado ni en la muerte de mi madre y de mi padre. Es como si me estuvieran arrancando de dentro de mí algo que me pesaba toneladas. Así estuve hasta que se terminó y empezamos a salir fuera.

Una vez fuera del recinto, hablando con mis hermanos de Emaús, no podía evitar llorar. Mis piernas me las sentía flojas, todo mi cuerpo era sudor, todo era agua, sudor, lágrimas. Entendí que el Espíritu Santo estaba purificándome, o por lo menos creo entenderlo así.

Fue algo completamente nuevo para mí.

Ahora estoy en mi vida ordinaria. Sin embargo, sé que hay algo en mí que no es lo mismo, pero que solo tengo que dejar al Espíritu Santo que haga en mí, cuando Él considere, aquello que tiene preparado para mí.

Yo no sé si esto es testimonial o no, pero he creído que debía compartirlo.

Gracias padre Salva y gracias Comunidad, ¡por ser instrumentos del Espíritu Santo para mucha gente!

DIOS OS BENDIGA SIEMPRE.

UN ABRAZO.

Un encuentro con el Espíritu Santo

TESTIMONIO #158

Hola buenos días:

Quiero agradecer por la Vigilia de Pentecostés del sábado.

Una maravilla cómo nos lleváis a un encuentro con el Espíritu Santo.

Ayer iba con dolor de cabeza. En la medida que transcurría el día, el dolor seguía en aumento. Cuando una chica por micro dijo que alguien estaba siendo sano de dolor de cabeza, sentí que era yo, e instantáneamente entró un calor por mi cabeza que invadió todo mi cuerpo. Pensé que estaba sugestionada porque esta chica repetía que fuéramos invadidos por el Espíritu Santo. (Pensé que eran emociones.)

No me dio tiempo a seguir pensando porque en ese momento fueron un sacerdote y dos chicas a rezar por mí y enseguida caí al suelo. Aquel calor fue en aumento hasta dejarme en un estado de paz absoluta.

Al cabo de un rato me levanté sin nada de dolor y en un estado de gozo y paz inexplicables.

Hoy me he levantado feliz y llena de ese gozo (también lo repetía esta chica, que fuéramos llenos de su gozo). Estoy feliz de haber podido ir a celebrar Pentecostés con vosotros. Estoy en Alicante y por este motivo no podré ir a alguna Adoración, pero más adelante sí quisiera volver a ir a un retiro. Estuve con vosotros en Guardamar.

Gracias por todo lo que hacéis para llevarnos al Espíritu Santo.

Amparo.

Una gran familia

TESTIMONIO #157

Querida Comunidad Somos hijos de Dios.

Hoy quiero dedicar unas palabras llenas de gratitud a cada uno de vosotros que formáis parte de esta maravillosa Comunidad Somos hijos de Dios.

He entrado en vuestra página web y me he encontrado con el texto «Preparando Pentecostés», escrito por Adriana Figueroa.

Quiero dar las gracias a esta mujer de Dios porque realmente tiene un don de alabanza y de comunicación; y eso es de agradecer, porque sus palabras y mensajes me han impactado y ayudado. Me siguen haciendo bien. No quiero hacer sentir mal a nadie, pero es de sabios honrar a las personas y agradecerles públicamente.

También agradecer a quien hace posible que estas publicaciones y que otros muchos escritos hagan parte de esta bonita y bien estructurada página web.

Su dedicación, esfuerzo y pasión son evidentes en cada rincón de este lugar virtual. Gracias por brindarnos un espacio donde podemos aprender y conectarnos con vosotros.

Cabe destacar que algunos de vosotros estáis al frente, ayudando al padre a llevar el timón y asegurándose de que todo funcione sin problemas, y otros os encontráis en la sombra, trabajando arduamente sin ser vistos por el público, pero sí por Dios, y hacéis parte fundamental de esta orquesta.

Todos sois parte esencial.

Vuestra labor es fundamental para mantener esta Comunidad unida y en constante crecimiento. Vuestra visión es la brújula que nos guía hacia delante.

También quiero recordar y agradecer públicamente a Ana y Alejandro y demás miembros del ministerio de música por compartir su talento, unción y voz. Por cantar canciones que nos hacen reflexionar y que nos llevan al corazón de Dios .

Dar las gracias a Teresa y a las demás chicas de liturgia por hacer brillar al Señor. También a las dos chicas de la tienda, Laura y Eugenia, siempre con una sonrisa y mucha paciencia.

Y dar las gracias a todos aquellos que nos reciben con una sonrisa y un abrazo en momentos de intercesión o de bienvenida en algún retiro o Adoración (recuerdo a Yolanda). No sé los nombres ni función de toda la gran familia que sois, pero os agradezco a todos por esta Misión y por ser dóciles al llamado de Dios y hacer posible que muchos nos encontremos con Dios a través del Espíritu Santo.

Gracias al padre Salvador por aceptar la voluntad del Padre y dirigir el timón de esta Comunidad, lo cual no debe de ser nada fácil. Rezo por usted y por todos los miembros de la bella Comunidad Somos hijos de Dios.

Muchas gracias.

Dios os siga bendiciendo.

Nunca olvidéis que hacéis mucho bien.

Un abrazo,

María.