Dios da el Espíritu sin medida

Estamos agradecidos al Señor por todo lo que nos ha regalado en este nuevo Pentecostés. Hemos vivido momentos únicos y maravillosos llenos del amor y del poder del Espíritu Santo.

Simplemente queríamos agradecer a la Comunidad el día tan bonito de hoy. Ha sido increíble y ha estado todo superbién cuidado y fenomenal. Gracias por vuestro servicio y dedicación. ¡Ha sido un regalazo! ¡Bendiciones a todos!

Señor, te pedimos que nos regales un nuevo Pentecostés, cada nuevo día.

Estuve en Pentecostés con mi familia y lo que ahí se vivió fue impresionante. La fuerza y la unción trajo la presencia de Dios. Muchas gracias. Por favor, no dejéis de hacer estas enseñanzas para los que estamos fuera de Valencia. Muchas gracias por tanta luz. Todos la necesitamos. Dios os bendiga.

Gracias, Señor, por tanta bendición.

Gracias: ¡200 testimonios!

Hoy, toda nuestra Comunidad está de fiesta.

¿El motivo? ¡200 testimonios!

Nada más y nada menos que 200 testigos proclamando la Misericordia infinita de Dios.

Sí, estamos de fiesta, aquí en la Tierra, y también en el Cielo, porque Jesús está vivo y sigue obrando maravillas.

Y ahora, te proponemos lo siguiente…

A continuación, podrás encontrar los 200 testimonios, numerados por orden de publicación.

Ora al Espíritu Santo y elige un número.

Pulsa sobre él, y accederás al testimonio correspondiente.

Léelo. Óralo. Medítalo. Vívelo.

Déjate sorprender. Llénate de fe. Dios también quiere y puede actuar en ti.

Hoy… ¿por qué no?

¡Adelante!



Ahora te toca a ti:

Testigos de lo más grande: la presencia de Dios

— Por Adriana Figueroa.

Queridos hermanos:

Después del pasado retiro de Perdón y Misericordia en Torrente, tomé un tiempo para reflexionar y meditar sobre las experiencias vividas, y hoy quiero compartir con vosotros lo que aprendí.

Fui testigo de lo más grande: LA PRESENCIA DE DIOS en todo momento, pero también de como el enemigo intentó atacarnos. Veo que debemos ver estos ataques como oportunidades para reconocer nuestras deficiencias y buscar más esa presencia de Dios.

Vi y experimenté a Dios actuando en cada momento, llenándome de paz, tranquilidad y dominio propio, gracias al Espíritu Santo.

Sin embargo, también fui consciente de mi debilidad y de la necesidad de permanecer siempre cerca de Dios, reconociendo que sin Él soy incapaz de nada. Cuando me alejé de Su presencia, el enemigo intentó perturbar mi paz, pero por la gracia de Dios reconocí mi dependencia de Él, y Él me sostuvo.

Os animo a reflexionar sobre vuestras experiencias y a permitir que Jesús ilumine nuestras impurezas y deseos que no están alineados con los suyos.

A veces pensamos que nuestros deseos son los deseos de Dios, y no es así. Más aún cuando vemos que las cosas no salen como las queremos; este es un indicativo de que no es por ahí y es el momento de ser sinceros con nosotros mismos y preguntar al Señor: ¿dime por dónde, Señor? y guíame por tu camino. Debemos humildemente pedir perdón a Dios y a los demás por nuestras faltas. Personalmente, pido perdón si fallé a alguno de vosotros durante este retiro.

Rezo para que cada uno de nosotros busque un cambio de mente, sumergiéndonos en la verdadera revelación de Dios, es ahí donde está el secreto para el cambio de mentalidad. Si no vivimos en la revelación, nuestras mentes seguirán igual de atadas o no verán la luz para ese cambio. Un cambio de ver aquellas cosas en nuestro interior que nos estorban y que puedan ser transformadas; claro, si nosotros lo queremos. Porque Dios no obliga a nada.

A pesar de nuestras diferencias y debilidades, confirmo que este retiro fue una bendición y me siento capacitada para seguir adelante gracias al ánimo del padre Salva y a su celo por el Evangelio. Reitero mi agradecimiento a este sacerdote que Dios puso en mi camino.

También agradezco a todos los hermanos con los que serví, así como a aquellos que intercedieron por nosotros en oración. Aunque aún nos queda mucho por recorrer, confío en que, con la gracia de Dios, alcanzaremos el buen puerto.

¡Ánimo, hermanos! Bendiciones y que la paz sea con vosotros.

Como la profecía más segura es la Palabra de Dios, todo lo confirmo con ella y este ha sido el versículo que Dios me regaló para mi experiencia:

«Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento; reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.» (Proverbios 3, 5-6.)

Gracias.


Testimonios

Bautismo en el Espíritu Santo en Carcaixent y Paiporta

— Por Yolanda.

¡Qué Grande es El Espíritu Santo!

Ayer recibieron 8 personas, por primera vez, el Bautismo en el Espíritu Santo en Carcaixent, y hoy 25 personas en Paiporta.

Hemos visto como el Señor va ungiendo a cada hermano. Ha sido una gozada. Después de escuchar cada testimonio de cada hermano, crece en nosotros más amor para ese hermano, y es una bendición.

Ayer, realmente estaba la bendición de Dios en ese pequeño cenáculo. Cada persona tiene un valor infinito, porque infinito es el Amor de Dios. Nos ha llevado el Espíritu Santo con alas. Y muy a gusto y contentos. Y hay más frutos. En la cena, los hermanos se abrieron y compartieron su intimidad alrededor de la mesa, que es también un tálamo sagrado cuando se le invita también a cenar a todo el Cielo. Se respiró un clima precioso y con naturalidad.

Estamos muy agradecidos por lo que hemos vivido estos días el seminario de «Vida nueva en Cristo», esta experiencia auténtica del Amor de Dios.

Ha sido un gran regalo, una Gran Bendición, y por eso te damos gracias, Señor.

¡Gloria a Dios!

Se derramó el amor líquido de Dios

— Por Adriana Figueroa.

Como respuesta a los testimonios, no me puedo quedar callada de lo que viví y oí en este pasado retiro en Vizcaya.

Verdaderamente, en este retiro de Renovados en el Espíritu, se derramó el amor líquido de Dios.

Fue notable la apertura de corazón, tanto de los participantes como de las organizadoras, lo cual propició una poderosa unción y un gran mover del Espíritu Santo y manifestación.

También se reveló unos de los atributos de Dios como Hesed, que es el amor misericordioso y bondadoso de Dios, citado en Éxodo 20, 6, donde se expresa su misericordia por millares con los que le aman y guardan sus mandamientos, y en Nehemías 1, 5, donde se reconoce a Dios como el guardián de la alianza y del amor para aquellos que le aman y obedecen sus mandamientos.

El Espíritu de Dios también se movió a través de la profecía, reavivando cada corazón, dando vida y esperanza a los que la habían perdido.

Soplando su Ruah, dando certeza en algunos, mostrando el camino a otros y liberando a los que estaban oprimidos. El Señor, en el norte de España, y especialmente en este grupo de oración, está levantando a un ejército poderoso de la mano de la virgen María en la advocación de la virgen de la Paz, La Gospa, que avanzarán cumpliendo el propósito de Dios en esta tierra.

Bendiciones.

Retiro Renovados Vizcaya 2024

Espíritu de luz pura que hablas en el alma, Espíritu de alegría y vida que cubriste a María, Espíritu impetuoso y fuerte, que ahora late en nosotros como una caricia del alma, Espíritu de fuego que nos llena y da susurros imperceptibles como una brisa ligera. Ven y santifica todo en nosotros e ilumina las tinieblas, refresca con agua viva cada dolor que aún queda y sánalo; danos pensamientos que nos iluminen con colores de tu amor. Tú que diste la Palabra al mundo, y que vives en el corazón del Padre, déjanos escuchar tu respiración dentro de cada uno de nosotros.

Ruah Hakodesh.


Testimonios

Retiro Renovados Vizcaya 2024

Oración de Fin de Año

En estos últimos momentos del año que hoy termina,
heme aquí, Señor, en silencio y recogimiento
para decirte GRACIAS,
para pedirte: AYUDA,
para implorarte: PERDÓN.

GRACIAS

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

Gracias, Señor por la paz, por la alegría,
por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado,
por esos ojos que, con ternura y comprensión me miraron.
Por esa mano oportuna que me levantó,
por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron,
por esos oídos que me escucharon,
por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron.

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

Gracias, Señor por la salud que me sostuvo.
Gracias, Señor… me cuesta decírtelo…
por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión,
por el insulto, por el engaño, por la injusticia,
por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.
Tú lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo;
quizá estuve al punto de la desesperación,
pero ahora me doy cuenta
que todo esto me acercó más a Ti.
¡Tú sabes lo que hiciste!

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

Gracias, Señor, sobre todo por la fe
que me has dado en Ti y en los hombres.
Por esa fe que se tambaleó
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer
cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo
me hizo caminar en el sendero de la verdad
a pesar de la oscuridad.

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

AYUDA

He venido también a implorar
para el año que muy pronto va a comenzar.
Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor.
Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir.
Pero sé que Tú siempre me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás. Eres fiel.
Yo sé que me tenderás la mano.
Tú sabes que yo no siempre la tomaré.
Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte,
que llenes mi vida de esperanza y generosidad.
No abandones la obra de tus manos. Señor.

PERDÓN

No podría retirarme sin pronunciar esa palabra que tantas veces,
te debí haber dicho, pero que por negligencia y orgullo he callado,

Perdón, Señor, por mis indiferencias,
descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad,
por mi silencio y por hablar demasiado.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos,
por mi falta de alegría y entusiasmo,
por mi falta de fe y confianza en Ti,
por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón, porque me han perdonado
y no he sabido, no he querido perdonar.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón por mi hipocresía y mi doblez,
por esa apariencia que con tanto esmero cuido
pero que no es más que engaño a mí mismo.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón por esa palabra que callé,
por esa mano que no tendí,
por esa mirada que desvié,
por esos oídos que no presté,
por ese corazón que no amó.

Perdón, Señor, perdón.


ORACIÓN DEL SELLO

En el Nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo: Sello y protejo con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor: mi persona, nuestra Familia, nuestros hijos, hogar, parroquia, nuestros sacerdotes, bienes y todas las actividades que realizaremos o en las que participaremos en el año 2024.

También nuestro consciente, inconsciente y subconsciente; nuestra razón, nuestro corazón, nuestros sentimientos y emociones, nuestros sentidos, nuestro ser físico, psicológico, y nuestro ser espiritual.

A nombre propio y de cada integrante de nuestra Familia, y de todos nuestros parientes y amigos, cercanos y lejanos. Todo lo que somos, todo lo que tenemos, todo lo que podemos, todo lo que sabemos y todo lo que amamos, queda sellado y protegido con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor.

Sello nuestro pasado, presente, futuro; sello nuestros planes, proyectos, sueños, ilusiones, viajes y enfermedades. Sello y protejo todo nuestro ser, toda nuestra familia, nuestras posesiones, nuestro árbol genealógico, todo queda sellado y protegido con el Poder y la Sangre de Jesucristo, el Señor, para que NADA ni NADIE pueda provocarnos ningún daño.

Me guardo y guardo a cada miembro de nuestra familia, en la llaga del costado herido de Jesús; Nos ponemos bajo el Manto del Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María. Amén, Amén, Amén.


Himno Te Deum

A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor,
te reconocemos.
A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos y
todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.

Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra,
te proclama:
Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero,
digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
Creemos que vendrás como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.

Iglesia, Esposa de Cristo

Retiro de Adviento 2023

— Por Laura Castillo y María.

Damos gracias a Dios y a cada hermano, por este nuevo retiro de Adviento.

Fue una maravilla. El Espíritu Santo se derramó de forma muy palpable. Gracias por las Palabras, gracias por el bombón, por el árbol de Navidad con el nombre de cada uno, por el cariño y dedicación en la preparación de estos detalles que son tan importantes, gracias por las palabras de profecía. Gracias a los que abrieron su corazón y compartieron los regalos esponsales de Jesús.

Tan necesario es servir como tener estos momentos para parar, escuchar y recibir. Regalitos del Cielo que nos hacen gozar de la Gracia en nuestro corazón.

Bendiciones a todos.

CHARIS: Llamados, transformados y enviados

— Por Yolanda y Adriana Figueroa.

Buenos días hermanos.

Antes que nada, gracias por vuestras oraciones. Han sido un sostén para estos días. Hoy, más tranquila, puedo escribiros.

En cada bendición recibida, las recibíais también vosotros. No son solo palabras, sino de corazón. Cada uno de los que estábamos presentes os hacíamos presentes, pues como dijo Maite Pla una noche, en una rueda de compartir:

«Hemos venido al Congreso como Comunidad, no individualmente, sino en representación de toda la Comunidad Somos hijos de Dios.»

Qué alegría que estéis con ansias de que compartamos, y nosotros también estamos con esa ansia de reencontrarnos y compartiros, para que la Alegría del Espíritu Santo sea plena en Comunidad.

Puedo compartiros una perla hermosa que nos regaló Jesús el día 1 de noviembre, día nuestro y de toda la Iglesia, solemnidad de Todos los Santos.

Por gracia de Dios estuvimos ante la tumba de San Pablo, apóstol, y allí de su mano nos introdujo en las vísperas y la Santa Eucaristía que celebramos allí mismo; fue un regalazo. No éramos muchos en la Basílica y esto ayudó a vivirlo también en intimidad, al abrigo de la santidad de la Iglesia, nuestra Madre. Recibimos a Jesús Eucaristía. Este fue nuestro primer paso para poder entrar en el Congreso de CHARIS, teniendo como protector a San Pablo. Fue impresionante ponerse a los pies de Jesús y venerar el cuerpo de San Pablo. El Espíritu Santo nos tocó, y personalmente le pedí al Padre que se derramara en la Comunidad el Espíritu que también estuvo actuante y vivo en San Pablo.

Y hay más, siempre más.

CHARIS: Llamados, transformados y enviados

Le he preguntado al Señor: «¿Ahora qué?» Y me ha dado esta palabra:

Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres. Evidentemente sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones. Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo. No que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios, el cual nos capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida.

2 Corintios 3, 2-6

Con la Alegría de sabernos hijos de Dios por pura gracia.

Un abrazo.

CHARIS: Llamados, transformados y enviados

Peregrinación a Tierra Santa

Desde Tierra Santa hemos pedido por toda la Comunidad Somos hijos de Dios, para que seamos uno, unidos en el Amor que un día nos llamó a cada uno para ser parte de esta bella Comunidad. Para que seamos esas piedras vivas dirigidas por el Espíritu Santo y podamos ser aquellos que traen el Reino a la tierra para la Gloria de Dios.

En la tierra de nuestro amado Jesús hemos pedido también para que el avivamiento sea una realidad que nos convierta en llamas vivas para la glorificación de su Reino, y el Señor nos ha dado justo esta Palabra:

Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y realizaré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo. El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahveh, grande y terrible. Y sucederá que todo el que invoque el nombre de Yahveh será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá supervivencia, como ha dicho Yahveh, y entre los supervivientes estarán los que llame Yahveh.

Joel 3, 1-5

Qué bendición más grande ha sido para toda la Comunidad esta peregrinación. Somos uno, y seguro que vamos a ver muchos frutos de esta experiencia.

Oremos juntos con fe y esperanza:

María es la mujer por excelencia, porque «María es la mujer que se dejó hacer». Hay que aprender de ella a dejarnos hacer… ¿Cómo reacciono cuándo alguien me contraría? Ayúdanos, María, a decir que sí a todo lo que Dios nos pida, que nos dejemos hacer por Dios a través de ti.

¡Maranatha! ¡Ven Señor Jesús! ¡Gloria a Dios!

La gran fiesta de Pentecostés (2023)

«¿Recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?»

(Gálatas 3, 2)

Por Amparo, Elvira, Mª Ángeles y Mila.

¡Gracias, Dios!

Por esta vigilia de Pentecostés.

Por medio de ella has avivado nuestra fe y has llenado nuestros corazones de regocijo.

Gracias por los dones que nos has enviado.

La fiesta de Pentecostés ha sido una experiencia muy fuerte en la que hemos visto cómo el Señor se sirve de nosotros, pese a nuestra pequeñez.

Hemos sido testigos privilegiados de cómo Dios ama a cada persona.

Sí, podemos declarar de nuevo, sin ninguna duda, que «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres».

Muy alegres.

Alegres por haber podido vivir el gran don del Espíritu Santo.

Pentecostés 2023

La efusión del Espíritu Santo fue tremenda.

Todos nos hemos preparado en privado con Jesús, en la intimidad, con el esposo de nuestra Alma. Nos hemos arreglado para la ocasión. Estábamos esperando este Espíritu Santo, desde que nuestro querido Jesús resucitó.

El sábado por la mañana, nerviosos, atacados, con ganas de servir a todos los que se nos acercaban, tantísimos conocidos de tantos encuentros, reunidos todos en un lugar, esperando el Espíritu Santo, el que se nos había anunciado con tantas ganas, tanta fuerza.

¿Y qué le vamos a pedir? Nada, tan solo darle las gracias por venir, por tener un gran Pentecostés con tantos hermanos venidos de tantísimos lugares.

Aquí, delante del Santísimo, donde escribimos estas letras, solo podemos dar gracias.

Te damos gracias, te bendecimos Jesús, tú eres Santo, Santo, Santo.

Tú eres Santo, Santo, Santo.

Y nos ponemos a llorar.

Bajamos del Tabor.

Volvemos al combate.

Pero si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?

Solo podemos dar gracias a la Santísima Trinidad y a nuestra Madre, la Virgen de la alegría. Ella estaba con cada uno de nosotros en Pentecostés. Y cuando decimos María, decimos san José, porque van SIEMPRE juntos.

Gracias.

GRACIAS, GRACIAS. INFINITAS GRACIAS.

Testimonios

Compartimos contigo los siguientes testimonios, de una profundidad y valor incalculables. Son verdaderos diamantes preciosos. Encuentros de un alma con Su Creador. Son grandes milagros. Milagros que hemos podido ver con nuestros propios ojos. La acción del Espíritu Santo en cada una de las personas que estábamos allí. Qué regalo tan grande nos hizo el Señor: ser Sus hijos. ¡Qué lluvia de bendiciones! ¡Qué Grande es Dios! Estamos seguros de que todas las personas que estaban allí se han ido con una gran bendición. Gloria a Dios por amarnos tanto.


Nota importante de privacidad: Si algún padre no quiere que su hijo salga en la foto de la portada, rogamos que nos lo comunique a través de la sección de contacto para que podamos tomar las medidas oportunas. Muchas gracias por vuestra colaboración y comprensión.

Pentecostés 2023